Entre Botas

Encontré una página que escribe realidades,
rebuzna sentimientos y grita gestos.
Siempre en palabras de a tres. Siempre callada.
Con una mente constante, sentenciosa y dura.
Revisé un viaje al mar, unos días eternos y perfumados,
movidos y silenciosos.
Memorias en un espigón, en una alcoba, en una baranda.
Siempre viviendo el final, el ocaso de cada actividad
y pensar que siempre hay que irse para volver, y volver a irse.
Y hubo miles de caras bajo el escenario,
nosotros estábamos en una plataforma horadada, casi flotando.
Todas las emociones en el aire, en el pelo, en las palabras largas,
en las caras fruncidas y en las gotas de sudor de tanto pensar.
Las botas, esas que se reclaman, siempre estuvieron puestas en las raíces, siempre caminaba con ellas mientras crecía al ritmo de la luz cuando te pensaba.